miércoles, febrero 22, 2006

Chapter Twenty-four (Mandy)

Después de despedirnos de Diana, Joel y yo nos fuimos a dar una vuelta y a tomar algo. Cuando tuvo que ir a recoger a Ian le acompañe ya que luego me tenía que llevar a casa. El resto del día fue como otro cualquiera, no paso nada interesante.
Al día siguiente después de desayunar yo bajé a comprar algunas cosas que necesitabamos, mientras Benji se quedaba con Lucía convenciendola para levantarse. Cuando llegue Benji estaba de pie en el salón, tenía la mirada perdida, estaba ausente.
[Yo] ¿Qué te pasa nene?
[Benji] ¿Por qué no me lo habías dicho?
[Yo] Que no te había dicho el qué.
[Benji] ¡Qué estas embarazada!
[Yo] No lo estoy, Benji.
[Benji] Como que no. Acaban de llamar del médico, ayer se confundieron al darte los resultados, y estas embarazada.
[Yo] ¡¿Qué?!
[Benji] Lo que oyes. No es mío ¿verdad?
[Yo] No digas tonterías. ¿De quién va a ser sino es tuyo?
[Benji] Yo que sé, de David por ejemplo. ¿Sino por que no me lo habías dicho?
[Yo] No, no es de David, lo dejamos todo claro ¿recuerdas? Y si no te dije nada, fue para que no volverías a ilusionarte para nada.
[Benji] No me lo creo.
[Yo] Pues mira haz lo que te de la gana, y cree lo que quieras.
Le deje allí, seguía de pie, y ni siquiera hizo un intento de seguirme. Fui a la habitación y recogí algo de ropa, la metí en una mochila y fui a buscar a Lucía, que estaba jugando en su cuarto.
[Yo] Lucía, cariño, ven, que vamos a ir a dar una vuelta ¿quieres?
Mientras se lo decía estaba cogiendo algo de ropa suya.
[Lucía] ¡Vale! ¿Pero por qué coges ropa, mami?
[Yo] Por si te manchas, no querras estar sucia ¿a qué no?
[Lucía] No.
La cogí en brazos. Me dirigía al salón con ella y la mochila. Benji seguía igual, pero esta vez, cuando me vió llegar, colgo el teléfono.
[Benji] ¿Dónde vais?
[Lucía] Mama me lleva a dar una vuelta.
[Benji] ¿Y la mochila?
[Lucía] Pues por si me mancho…
Me agarró de un brazo.
[Benji] Espera.
[Yo] No. Suéltame.
[Benji] Espera un momento, por favor.
[Yo] Que no Benji. Suéltame, me estas haciendo daño.
Conseguí desacerme de él. El brazo me dolía, pero en ese momento, era lo que menos me importaba. Quería salir de allí, era una solución muy cobarde por mi parte, pero no iba a quedarme en esa casa después de que no me creyese e inventase sus propias historias de lo que había pasado.
Baje al garage, monté a la niña en el coche, y salí sin rumbo fijo. Hasta que después de llevar un rato conduciendo sin camino, decidí ir a casa de Frank. Seguramente seguiría allí a estas horas.
Cuando llegamos a su casa, deje a la niña pintando dibujos en el salón mientras iba a la cocina a contarle todo lo que había pasado. Me dijo que podía quedarme el tiempo que quisiera. De momento ese día tenía pensado quedarme allí. Pasamos un día bastante bueno, intente no pensar demasiado en lo que me había pasado. Se nos hizo tarde y así pusimos a Lucía la excusa de quedarnos en la casa de Frank a dormir, ella encantada, se lo pasaba genial con él, tenían los dos la misma mentalidad infantil.