Chapter Forty nine (Joel)
Esa noche estaba todo muy iluminado y desde la ventanilla, casi a punto de llegar, veía todo muy lleno de gente. Jamás había visto tanta gente junta en una entrada. Cuando pararon la limosina una alfombra roja se extendía desde la puerta. La noche habría sido estupenda sino pasase lo que estaba pasando.
Bajamos del coche y fuimos por la alfombra. Cada cosa que veía la grababa en un rinconcito de mi mente para recordarlo para siempre. Todo lo que veía lo hacía de forma especial. Vi a Diana, una mujer perfecta, y más ahora. Estaba hermosísima con el vestido rojo que la había comprado esa misma semana, parecía hecho para ella. Su figura nunca había tenido tal perfección. Mirando a mi alrededor vi que todos se lo estaban pasando bien. Delante de mí estaban mis hijos, se había hecho muy mayores y estaba muy orgulloso de ellos. Como yo quería, habían seguido mis pasos formando un grupo con unos amigos y ya eran muy conocidos en todo el mundo. No es que fuera su padre pero todos coincidían en que eran muy atractivos físicamente. Estaba claro que eso había ayudado a conseguir tanta fama en poco tiempo. Marc se comportaba como mi hermano e Ian como yo, así que me recordaban un montón cuando empecé a cantar. Cuando miré hacia mi hija Aliena pensé que ya era todo una mujercita, con doce añitos había conseguido ser la favorita de Diana y es que mirándola bien era una Diana en pequeño. Era inteligente, astuta y con ninguna gana de estar relacionada con nada de la música y sobre todo, era fan número uno de su madre.
Estaba nervioso. Quizá mis hijos y nosotros recibiéramos premios en la gala.
No pensé que llegaríamos a esta edad siendo cantantes y cosechando éxitos, por supuesto, con otro estilo de música.
Mientras andábamos por la alfombra, me percaté de que nunca habíamos sido fotografiados la familia al completo y es que había tal cantidad de flashes que me deslumbraban.
Miré a mi alrededor. Al lado mío estaba mi hermano, justo detrás iba Diana y Duara riéndose y saludando a las cámaras. Eran como dos tesoros difíciles de superar y es que no habían cambiando tanto desde el día que conocí a Diana; me atrevería a decir que la edad las había dado experiencia y ésta a su vez, belleza.
La tímida Aliena iba al lado de su madre y acompañándola el hijo de Duara. Los gemelos iban justo detrás, y entre ellos iba Lucía. Lucía era… era una chica especial y con cierto encanto que junto a Marc había llegado a hacer de todo, era graciosa y poseía una belleza difícil de olvidar y poco común.
Durante la gala, mis hijos salieron a recibir premios en varias ocasiones (dedicados todos a su madre). Cuando nos tocó salir a nosotros, ya lo habíamos planeado todo y quisimos que saliese Diana al escenario. Cuando terminamos nuestro discurso, invité a Diana a que subiera. Mientras subía, parecía todo una modelo. Me fijé en su cara; la brillaban los ojos. Estaba llorando.
Bajamos del coche y fuimos por la alfombra. Cada cosa que veía la grababa en un rinconcito de mi mente para recordarlo para siempre. Todo lo que veía lo hacía de forma especial. Vi a Diana, una mujer perfecta, y más ahora. Estaba hermosísima con el vestido rojo que la había comprado esa misma semana, parecía hecho para ella. Su figura nunca había tenido tal perfección. Mirando a mi alrededor vi que todos se lo estaban pasando bien. Delante de mí estaban mis hijos, se había hecho muy mayores y estaba muy orgulloso de ellos. Como yo quería, habían seguido mis pasos formando un grupo con unos amigos y ya eran muy conocidos en todo el mundo. No es que fuera su padre pero todos coincidían en que eran muy atractivos físicamente. Estaba claro que eso había ayudado a conseguir tanta fama en poco tiempo. Marc se comportaba como mi hermano e Ian como yo, así que me recordaban un montón cuando empecé a cantar. Cuando miré hacia mi hija Aliena pensé que ya era todo una mujercita, con doce añitos había conseguido ser la favorita de Diana y es que mirándola bien era una Diana en pequeño. Era inteligente, astuta y con ninguna gana de estar relacionada con nada de la música y sobre todo, era fan número uno de su madre.
Estaba nervioso. Quizá mis hijos y nosotros recibiéramos premios en la gala.
No pensé que llegaríamos a esta edad siendo cantantes y cosechando éxitos, por supuesto, con otro estilo de música.
Mientras andábamos por la alfombra, me percaté de que nunca habíamos sido fotografiados la familia al completo y es que había tal cantidad de flashes que me deslumbraban.
Miré a mi alrededor. Al lado mío estaba mi hermano, justo detrás iba Diana y Duara riéndose y saludando a las cámaras. Eran como dos tesoros difíciles de superar y es que no habían cambiando tanto desde el día que conocí a Diana; me atrevería a decir que la edad las había dado experiencia y ésta a su vez, belleza.
La tímida Aliena iba al lado de su madre y acompañándola el hijo de Duara. Los gemelos iban justo detrás, y entre ellos iba Lucía. Lucía era… era una chica especial y con cierto encanto que junto a Marc había llegado a hacer de todo, era graciosa y poseía una belleza difícil de olvidar y poco común.
Durante la gala, mis hijos salieron a recibir premios en varias ocasiones (dedicados todos a su madre). Cuando nos tocó salir a nosotros, ya lo habíamos planeado todo y quisimos que saliese Diana al escenario. Cuando terminamos nuestro discurso, invité a Diana a que subiera. Mientras subía, parecía todo una modelo. Me fijé en su cara; la brillaban los ojos. Estaba llorando.
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